lunes, 13 de octubre de 2008

DENTRO DEL 10%


Por Natalia Rodríguez Cartes

“La conocí en una tienda de música. Buscábamos el mismo CD y sólo quedaba uno. Después de mirarla a los ojos nunca más pude decirle que no a nada; le regalé el disco, la invité una cerveza, al cine, a bailar, a la playa, a tener buenos y malos ratos.

Pasaron meses de acompañarnos tomados de las manos, mientras escuchábamos “nuestra” canción en las bancas de alguna plaza. Nunca supe cuando ella dejó de disfrutar conmigo. Juro por Dios que nunca me dijo nada.

Me levanté como cualquier domingo en la mañana. La llamé y no me contestó. Llamé una vez más y nada… La busqué en MSN y tampoco la vi. Le mandé un mail cuando llegó el miércoles, y aún no sabía nada de ella; nunca lo respondió. Simplemente desapareció del mapa. Yo solamente, después de un mes que no está en mi vida, quiero entender qué es lo que pasó, cuándo fue que dejó de sentir lo que yo sentía por ella".


"Cuando lo conocí me encantó desde un principio. Él quería comprar el mismo CD que yo, pero sólo quedaba uno. Honestamente yo estaba dispuesta a cambiárselo por una invitación a almorzar; pero antes de que si quiera se lo insinuara, él ya me estaba invitando a salir.

Nunca más nos separamos, estuvimos juntos un poco menos de un año. Caminábamos de la mano, unidos por los audífonos y los dedos entrelazados. Era todo perfecto. Nunca fue muy comunicativo, pero era bastante cariñoso, entonces yo siempre me conformaba con un abrazo en vez de un te quiero.

Ese sábado estábamos de aniversario. Llegamos los dos con un regalo. Caminamos por la playa toda la tarde, y yo estaba decidida a decirle lo maravilloso que él era para mí.

En un abrazo, se me salió. Te amo, le dije. Y nada. Me siguió abrazando, me soltó, me miró a los ojos y justo cuando yo pensaba que saldrían las palabras que estaba deseando escuchar, me dice: Tengo hambre, ¿Comemos algo?

Me rompió el corazón. Le dije que no gracias, que era tarde y me fui con la frente en alto y sin derramar una lágrima, para no volver a verlo más. Yo no podía estar con alguien que no me quería como yo a él.”

LEAD:

Hasta un 10% de quienes usan MP3 a alto volumen pueden padecer de sordera.
Se calcula que el número de afectados puede variar entre 2 millones y medio y 10 millones de personas.

7 Comments:

Anónimo said...

no es que seas mi vecina favorita, ni mi amiga 911 que me enseña a comer pizza con 1/2 kilo de queso, pero necesito recalcar que tu cuento ql es la raja.
Fran Mena

Anónimo said...

está la raaaaaaaaaaaaaja! wna tení un don, definitivamente ;)
me encantótótótótó tu cuento :D

Anónimo said...

Wow! Me quito los audífonos de una!
Está GENIAL!

Catalina said...

Buenísismo naty!
te mereces un premio...mmm...xD

Cata

Anónimo said...

weeeeeeeeeeeeeeena Naty!!!!

es que lejos el mejor que he leido
(sin animos de ofender)

es que honestamente eres seca

y apoyo a la Cata.. tb voto por ti

besotototes

pd: honestamente ya olvide tu rostro ¿te tinca si un dia de estos vai a clases?? te extrañamos!
Fran Osorio

Anónimo said...

jajajaaa
esq
PERDONNNN
pero soy una egolatra de mierda

yo tamb me amo
kakakakajajaja

se me ocurren tantas mierdas
pa escribir

juro q no me fumo na mas
q mi orgullo
XD


voto por mi misma y q wea?

Anónimo said...

Primero, el párrafo inicial engancha absolutamente. Luego, viene la pregunta por las comillas. ¿Por qué están ahí?. Tercero, la inclusión de una segunda voz desencaja la lectura. Por último, el final es buenísimo.
Una excelente historia, sin lugar a dudas.