sábado, 11 de octubre de 2008

DE DIVA A HEROÍNA



Por Oriana Miranda Navarrete

Una histérica maquilladora repasa con su brocha una y otra vez la frente de Denise, luchando contra el tiempo y contra aquella horrible espinilla en medio de su frente que, sin duda, se vería horrible frente a la cámara. Quince minutos y grabando. Mientras, el calor del secador de pelo y de los focos iluminando directamente a la nueva estrella adolescente de tevé, hacen caer gotas y gotas de sudor, exasperando nuevamente a la maquilladora, quien, con movimientos bruscos, da vueltas su arsenal de belleza y en cinco minutos ya está: cero espinillas, cero brillo y un rostro pulcro y juvenil. Sonríe satisfecha. Pero para Denise, es apenas el principio.

La rutina la agobia. Cuando empezó con el programa pensó que sería una excelente oportunidad, su salto a la fama. Siempre soñó con aparecer en revistas y hacer comerciales, tal como las modelos a las que admiraba con fervor. No sabía bailar, ni cantar, ni actuar, y ninguna academia pudo hacer algo al respecto. Pero sabía que su cara bonita y los innumerables contactos de su familia la llevarían lejos. Y así fue. Ahora, tiene dos shows con altísimo rating, y en uno de ellos es la protagonista.

Pero, definitivamente, esto no estaba en sus planes. Todas las mañanas, a las 6 am, suena el despertador. Luego de una ducha y un desayuno rápido, a las 7.30 debe estar en el canal. Peinado, vestuario, maquillaje, y a las 9.30 comienzan las grabaciones. Todo bien, salvo que alguno de sus compañeros se haga el gracioso y retrase todo con sus desagradables “chascarros”. Cero profesionalismo.

Y como si fuese poco, a las 7 de la tarde, cuando al fin podía volver a su casa, ahí estaban, invariablemente: los fans. Decenas de púber que la esperaban de lunes a sábado a las puertas del canal, sonrientes y patéticos, con el único fin de retrasarla y hacer de su vida un verdadero infierno. A regañadientes, garabateaba cuanta hoja le pusieran encima, rogando a Dios por fin poder manejar su propio auto y así salir rauda e incógnita y atropellarlos a todos.

Debía hacer algo. Se arrojó a su cama, derrotada, resignada a otro día más de maquilladoras, luces, cámaras, fotos, horarios y desagradables fans. Entre los molestos ladridos de su poodle y cuando menos lo esperaba, la solución a sus problemas llamó a su puerta. Literalmente. Era Carlos, el director de su programa. –Denise, te he visto muy cansada y de mal humor. ¿Te pasa algo?-. Ella sólo atinó a llorar: que de algo hayan servido las lucas invertidas en talleres de teatro. Y de a poco, las tímidas lágrimas se transformaron en bramidos. Carlos, incrédulo en un principio, se preocupó. –Tranquila. Sólo vine a decirte que con el equipo pensamos que mereces unas vacaciones, así que te traje unos pasajes para que te vayas al norte-... de pronto, silencio.

-¡Si!, y decían que no tengo talento- reía hacia sus adentros Denise. Tomó lentamente los pasajes, se despidió y apenas Carlos quedó del otro lado de la puerta, sonrió con malicia y corrió feliz a hacer sus maletas. Su destino: Calama. Decidió no invitar a nadie, ya que este viaje representaba una experiencia espiritual para ella, y también porque ninguno de sus compañeros de trabajo se merecía semejante premio: más que mal, la habían elegido a ella para hacer un programa aparte y a nadie más. Entre sus divagaciones y fantasías, de repente, recordó algo inesperado... ¡la perra! Que mas da, seremos dos.

Denise y Pupi abordaron el avión la mañana siguiente. Al descender, el sol abrasador de Calama les sonreía. Camino al hotel, el sol continuaba con su amabilidad, pero Denise ya estaba harta y sólo quería refrescarse. ¿Hay algo de agua aquí? ¿Civilización, algo?, preguntaba, molesta. Decidió realizar un tour por el valle del río Loa que, según decían, era el más largo de Chile. Vaya, uno nunca termina de aprender. Subió al minibús turístico junto a Pupi y a un montón de escolares.

El viaje era largo y sinuoso, en una palabra: aburrido. Miraba hacia el horizonte en busca de algún pájaro o algo, con Pupi en su regazo, mientras de reojo observaba como los escolares se comían sus piernas con la vista e intentaban mirar debajo de su blusa. Cubrió su rostro con un enorme gorro y miró hacia otro lado, incapaz de decirles algo, ¡que insolencia! Al parecer, la perra estaba igual de aburrida que su dueña. Pero, de pronto y sin causa aparente, comenzó a chillar y a moverse frenéticamente de un lado a otro. Denise, avergonzada, la hacía callar disimuladamente, pero todo intento fue en vano. La sujetaba fuertemente con las manos, y luego de unos minutos de desesperación, Pupi ya no pudo más y soltó en chorros lo que su dueña no había querido oír.

-¡Que asqueroso!- atinó a gritar Denise, e indignada, con un fuerte manotazo lanzó por la ventaba a su desafortunada perra, que cayó directo a la cuenca del río más largo de Chile. Rápidamente se dio cuenta de su error. Pidió entre gritos detener el minibús. Se bajó y no veía por ninguna parte a su perra. Pero a sus espaldas, un séquito de babosos escolares dispuestos a hacer cualquier cosa por ella, incluso mentir, y que sin duda encontrarían a su perra; y la inigualable oportunidad de mejorar su malograda imagen pública. No dudó ni un minuto. Fue sólo cuestión de un par de llamadas.

LEAD:
Mil quinientas personas juntaron camionadas de mugre junto a la chica de “Amango”

La Feña lideró pelotón de escolares que sacaron la basura del río Loa.

En tres horas quedaron despejadas las riberas que se usan como zona de picnic. Aparecieron miles de pañales, botellas, neumáticos y bolsas.

6 Comments:

Anónimo said...

No me sorprendería que eso mismo hubiera pasado. Demás que a esta mina se le subieron los humos a la cabeza.
Impecable redacción Ori, como siempre.
^^

Anónimo said...

k buena la historia... es k te kedo genial.. eso si k es tener imaginacion
Ademas me carga esta niñita!

Anónimo said...

ofendes a mi idolo juvenil... wn la historia está seriamente la raja, demasiado bien descrita, como que uno en verdad se imagina la cara de denisse ... mi amigui xD
lov u editora
Fran Mena

Anónimo said...

jajajaa
está Increibleee
es verda lo q dice la fran
uno en serio se imagina todo cm si estuviera ahí mismo.
Me reí N

Naty.

Catalina said...

No me esperaba menos de ti, mi querida editora, compañera de gritos, asambleas políticas y una de mis amigas más bakanes...

La historia está la raja...me impresiona tu capacidad de adentrarte en la mente de una niña que sufre tanto como Denisse.
Excelente redacción, una historia ágil...casi estoy adentro del bus con la amiga de la fran y el perrito...me encantó.

solo me queda una objeción....yo tengo un poodle!!!!! ¬¬

Anónimo said...

Sí, excelente redacción y claridad en el ritmo de la historia. Y esa señorita, absoluta y rotundamente insoportable.