Por Valentina Godoy
Eran cerca de las tres de la mañana y Ángel comenzó a sentirse mal. Si bien no sabía de donde provenía el dolor, supuso que sólo eran efectos del cansancio y lo dejó pasar. Ser taxista en Santiago no es muy fácil que digamos.
Se sentía tan mal, que decidió descansar un rato. Pensó en un lugar resguardado y se encontró con el lugar más seguro que podía encontrar cerca de su recorrido, el centro de eventos Casa Piedra. Aún así, Ángel no sabría que su “búsqueda de seguridad” sería completamente en vano.
Miró para todas partes, procurando que no existiese ningún personaje extraño a quien tenerle miedo, echó el asiento para atrás y se acomodó para dormir diez minutos con el fin de recuperarse y volver a trabajar.
Cuando ya estaba dispuesto a cerrar los ojos, su cuerpo comenzó a temblar, sintió la necesidad de vomitar y notó que un líquido oscuro y espeso salía de su boca. No lo pensó dos veces y decidió ir a un hospital.
La buena suerte no estaba de su lado. Tres de las cuatro ruedas del taxi estaban desinfladas. Según él, alguien le estaba jugando una broma y él no tenía intención alguna de reírse. Buscó su celular y se dio cuenta de que lo había dejado en la central de taxis.
Buscó a gente que lo auxiliara a su alrededor, pero a esa hora y en ese lugar, era algo difícil de pedir.
Entró nuevamente al auto, y después de largos y profundos respiros, previno que se rendiría.
Sus últimos minutos de vida comenzaron con convulsiones, para luego terminar en una paralización completa de su cuerpo, menos de sus ojos que miraban horrorizados de un lado para otro pidiendo ayuda.
Fue en ese momento, cuando un hombre encapuchado se acercó al auto sigilosamente, sacó de su bolsillo un papel doblado, lo estiró rápidamente y lo puso sobre la ventana del conductor con el fin de que este lo leyera.
Ángel trató de gritar, pero sólo sus ojos expresaban el terror que sentía, luego de leer la nota que cruelmente se deslizaba por el vidrio:
“Hola, soy Pedro. Envenené tu última comida del día. Soy amante de tu esposa y ahora padre de tus hijos. Suerte”
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Extraño hallazgo de taxista muerto en estacionamiento de Casa Piedra
Extraño hallazgo de taxista muerto en estacionamiento de Casa Piedra
Un extraño hallazgo se produjo en horas de la noche en el estacionamiento del centro de eventos Casa Piedra. Un taxista, identificado como Angel Moraga Leiva,fue encontrado muerto dentro de su vehículo con un líquido oscuro saliendo de su boca. Se cree que falleció por la ingesta de algún tóxico y no se descarta la participación de terceros.
6 Comments:
WOW! qué tétrico el final!
Me gustó mucho.
ctmmmm!
OH!! (cara de boloco)
ajjajajajajja que mieeedooo... imagínate a una le hacen eso!!!!!
Me gustó tu historia valentina de las mercedes carrasco.
:*
Bue ní si ma
oohh que miedo, eso del papel salió de tu mente perversa???
buenooo !
K-le, me gustó tu historia. En especial la parte de la nota.
Nicko
loca de patiooooooo
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