domingo, 12 de octubre de 2008

EL MISTERIO DEL TUE TUÉ JAPONÉS


Por María Passalacqua

Kan Nobuo llegó a Chile para recorrer el sur. En su grupo de turistas habían visitantes de distintas nacionalidades, incluida la suya. Nobuo es un japonés ricachón de 50 años que disfruta viajar por el mundo y aprender de distintas culturas. Este año decidió venir a Chile, pues quería conocer de cerca toda la mitología que esconde el folklore de este país.

El itinerario fue el siguiente: los turistas llegaron el lunes 6 de octubre al hotel “La Ruca” de Temuco, e inmediatamente disfrutaron de un asado parrillero al aire libre. Luego intentaron aprender algunos pasos del baile típico nacional: la cueca. En la tarde se dedicaron a recorrer la zona en compañía de un fotógrafo encargado de retratar cada una de sus peticiones. Que una foto con vista panorámica, que una cómica, que una en grupo con pañuelos en la mano.


Al día siguiente, después de una noche de karaoke que desveló a más de un huésped, los buses del tour llevaron a los turistas a las típicas ferias artesanales del lugar. “Toire, toire” repitió un niño japonés, con una calma digna de samuráis, durante toda la visita. Eso hasta que el traductor se dio cuenta de que la criatura necesitaba con urgencia un baño. Su madre estaba demasiado ensimismada con las bufandas de lana sureña, y no se percató de lo sucedido hasta que le dijeron que volverían al hotel para solucionar el oloroso problema.

Con la compra frustrada, no hubo más remedio que quedarse en la habitación propia por más tiempo de lo presupuestado.

Al caer la noche, los turistas cenaron a la luz de una fogata, mientras una relatora les contó toda clase de cuentos y leyendas.

Esta parte fue la favorita de Kan Nobuo, quien escuchó con atención (y con demasiada ingenuidad) cada historia que la mujer relató. Según Michelle Parker, compañera de tour del japonés, “él estuvo muy extraño toda la noche; como oculto en sus ideas, no compartió con los demás y sólo se dedico a mirar los lugares oscuros”.

Al día siguiente el grupo partió a conocer las Termas Geométricas de Lican Ray, ubicadas en la región de la Araucanía. Todos los integrantes del tour se encontraban emocionados por la visita, pues querían disfrutar de un momento de relajo y olvidar la tenebrosa noche que habían tenido. Pero Kan Nobuo seguía raro.

Tao Ling, un turista chino que también integraba la comitiva, comentó que el japonés “parecía distinto; estaba callado y preocupado por algo”.

Nadie se dio cuenta de la ausencia de Nobuo. De un segundo a otro el hombre desapareció del sendero estipulado, mientras todos los visitantes escuchaban atentos la descripción física del centro termal.


“El tue tué”, repetía silenciosamente el japonés. Comenzó a alejarse de a poco, para no levantar sospechas, pero sus compañeros lo notaron agitado y con preocupación. “El tue tué”. Ya nadie se acordaba de la leyenda que la relatora había contado ayer, sobre un misterioso pájaro que canta cuando trae malas noticias. “El tue tué”, “el tue tué”. Finalmente Nobuo se perdió de vista, presuntamente escapando de algo que no deseaba encontrar.

De repente se oyó un profundo y estremecedor grito: ¡auxilio!. Los miembros del grupo se dirigieron con prisa hacia uno de los pozos de agua caliente que acumula el líquido que se redistribuye durante el día.


Allí cayó Kan Nobuo, en un estanque cuya temperatura supera los 65º Celsius. A pesar de la gravedad de los hechos, ni la empresa turística ni su símil termal se han declarado responsables. La falta de supervisión y cuidado por parte de ambas es evidente, y todavía se justifican con que es un “problema del individuo cuyos daños no será cubiertos por la compañía”. Si hubiese existido una mayor preocupación por la seguridad de los turistas, hoy nadie estaría envuelto en un accidente tan insólito.
Mientras tanto, el ciudadano japonés fue internado de urgencia en la UCI de la Clínica Alemana de Temuco, para luego ser trasladado a Santiago debido a la extrema gravedad de las lesiones (un 75% de su cuerpo quemado).

LEAD:

Hasta el Hospital del Trabajador de Santiago fue trasladado en avión el ciudadano japonés de 50 años que resultó con el 75% de su cuerpo quemado tras caer ayer a un pozo de agua caliente en las Termas Geométricas de Lican Ray, en la región de la Araucanía.

Se trata de Kan Nobuo, de 50 años de edad, quien se habría apartado el grupo que visitaba el recinto termal y accedió a la zona donde existe un pequeño embalse que acumula las aguas que luego son redistribuidas a los posones, según lo explicó el administrador del recinto, en Santiago, Nicolás Puelma.

3 Comments:

Anónimo said...

¡PERFECTO!...YAP!YAETM!TEC,T&A%TM&TPM!ILAFY!:-D ¡TAMA! WADML!:-D

Anónimo said...

Buenísima redacción y narración.

Anónimo said...

Esa era yo.