sábado, 11 de octubre de 2008

¿EL AMOR... NO TIENE EDAD?


Por Ayleen Adasme

-Mamá, me voy al liceo. Llego tarde así que no me esperes.
-Pero Natalia, ¿a qué hora piensas llegar? Y ¿dónde estarás?
-¡Ay! mamá, siempre tan mala onda. Filo, hablamos después… Chao…
-Pero, Natalia…Natalia… ¡Esta cabrita oh!…

Natalia tenía 14 años cuando sucedió esta historia. Era estudiante de uno de los liceos más emblemáticos de la capital: Liceo Carmela Carvajal de Prat.
Su familia no se preocupaba de ella. Sus padres trabajaban y apenas le alcanzaba para las necesidades básicas, lo cual recayó en su forma de ser. Era desordenada y tenía problemas de conducta desde que ingresó al establecimiento. Sus notas dejaban mucho que desear. Era una chica carretera, le encantaba tener amigos y conocía a mucha gente. Ella era una chica interesada, todo lo hacía a cambio de algo. Sin embargo, era ingenua, una amante de la vida y del Carpe diem. Nadie imaginó que en una salida como esta, aparentemente “normal”, vendría el problema de su vida.

Arnoldo Ávila era el profesor de Física del establecimiento. Para él, era un año como cualquier otro. Explicar las ondas, las revoluciones y los mismos conceptos teóricos de siempre. Pero algo hizo que ese año fuera distinto. Cuando le asignaron el 2º C conoció a la niña de la que hoy dice “estar enamorado”.

El comienzo de la historia de amor

Todo comenzó por un juego, una apuesta entre Natalia y sus amigas. “Oye, el profe te jotea, deberías sacarle partido a eso…” “A que no te atreves a meterte con él”. Natalia tenía que demostrar ser la mejor.
Su relación amorosa comenzó a espaldas de todos, pues la diferencia de 42 años hace que esto haga pensar entre amor sin límite de edad y pedofilia. Sin embargo, las conversaciones de las compañeras de curso, insinuaban una relación entre ambos.
Salían de paseo por Santiago. Él la llevaba al Bravísimo de 11 de Septiembre, a pesar de la cercanía con el colegio, y a bailar en discotecas de la capital.

Él se fue enamorando de ella, mientras ella lo utilizaba para subir sus notas. Al tiempo después ella quiso dejar esta relación, pues se fue dando cuenta que ésta la dejaba vacía como persona, e incluso pensaba que él podía ser su abuelo. Sin embargo, sabía que una decisión como esta podría traer lo peor.
Tocó la coincidencia que su curso se iba de gira de estudios. Este viaje fue inolvidable para ella. Conoció a un chico de su edad en Pucón, “Espero que nos sigamos viendo cuando te vayas” “Obvio, si no te quiero perder, nunca había conocido a alguien como tú”. Cuando regresó a Santiago, le contó todo a su profesor acerca de Luciano, su pololo de pocas semanas con el cual pretendía mantener una relación a distancia.

El fin del cuento de hadas

La reacción de venganza de Arnoldo fue inevitable. Envuelto en celos, llamó a la madre de la niña y le dijo todo de su relación. Lo que no tenía programado era que la madre, cegada de rabia, enojo, pena y asco, llamó a la policía y lo detuvieron.

LEAD:

Arnoldo Avila - profesor de Física de Liceo Carmela Carvajal- se confesó completamente en el juicio abreviado que se realizó hoy en el Octavo Juzgado de Garantía en el Centro de Justicia. El docente sostuvo que sí tuvo relaciones sexuales con la menor, pero se "enamoró de ella".

3 Comments:

Anónimo said...

Wena Naaaaty!
jaja!

La chica del segundo piso said...

tenia que llamarse naty la cabra ¬¬

Anónimo said...

Oh, el hombre estaba enamorado... ¬¬
Una historia muy carerraja