sábado, 11 de octubre de 2008

LEY PAREJA NO ES DURA


Por María Francisca Osorio

Corría el año 2000 y Antonio se aprontaba a cerrar su local de comida rápida ubicado en la comuna de Estación Central. Mientras limpiaba los mesones aparece una jovencita que cargaba una enorme mochila en sus espaldas. Ella le pide un jugo, pero Antonio le dice que ya está cerrando. La chica insiste con cara de súplica y él no puede negarse.

Mientras Antonio prepara el refresco, la muchacha se pone a hablar. Le dice que se llama Camila y que en un acto de rebeldía extrema, apenas terminaron las clases de su último año de colegio, viajó de su natal Chillán a probar suerte en la capital. No le para la lengua y, casi sin tomar aire entre frase y frase, le cuenta que estaba cansada de vivir en el campo, que fue criada por una tía y que no conoce a nadie en Santiago.

Él no puede evitar sentirse atraído por la muchachita, que según sus cálculos debía ser por lo menos 15 años menor. Aprovechando la información entregada por Camila, decide preguntarle si le interesaría trabajar como mesera en el lugar. Ella acepta de inmediato la propuesta, feliz, y luego de unos días ambos entablan una relación.

Es así como comienza esta tormentosa historia de amor. En un principio las dudas debido a la diferencia de edad hacían tambalear a la pareja, sin embargo, el amor parecía ser más fuerte y al cabo de un año ya estaban casados.

Todo parecía ir perfecto, Antonio había incentivado a Camila a continuar una carrera técnico-profesional que él costeaba con largas jornadas de trabajo, tenían una vida sumamente normal y pensaban tener hijos en cuanto ella terminara de estudiar. Así fue, ella quedó embarazada durante su último año.

Antonio jamás pensó cuanto cambiaría su esposa con el nacimiento de Joaquín. Los problemas y discusiones eran constantes y la situación se hacía insostenible. Camila no se preocupaba del pequeño, reclamaba porque no la dejaba dormir, lo culpaba por los estragos que había dejado el embarazo en su figura y se negaba a amamantarlo. Ambos trabajaban toda la semana, pero fue él quien asumió solitariamente la tarea de criar a su hijo.

Pasaron los meses y Camila le anunció a su esposo que se irá de la casa porque se enamoró de un hombre de su edad, que le puede dar todo lo que ella inmaduramente dice necesitar. Antonio, destruido, le pide que no le quite a su hijo, a lo que ella responde: -No te preocupes, yo no quiero tener nada que me traiga recuerdos tuyos. Quédate tú con él-.

A pesar del sufrimiento, Antonio fue capaz de salir adelante y criar al pequeño. Pero hace unos meses, cuando la tormenta parecía haber pasado, el desdichado padre recibió una notificación que le anunciaba que la progenitora, luego de casi dos años sin dar señales de preocupación por su hijo, exigía la tuición de éste.

Los peores pensamientos invadieron al padre, llevándolo a pensar lo terrible que sería para él tener que separarse de su hijo y entregarlo a una madre desnaturalizada que recién ahora recordaba reclamar a su bebé.

Lamentablemente, la legislación en el país estipulaba que mientras dure el proceso, el menor debe estar con su madre. En su desesperación, Antonio entró en contacto con múltiples abogados, buscando alguna alternativa para enfrentar esta difícil situación. Fue en esta búsqueda cuando supo de la existencia de la agrupación Amor de Papá, la cual ha sido su único refugio durante este amargo proceso.

La desesperanza de estos padres frente a un sistema injusto hizo que protestaran en las afueras de los Tribunales de Familia, reclamando sus derechos. En la manifestación también participó Antonio, quien resultó detenido por colgar ilegalmente afiches alusivos a la causa.

¿Cómo es posible que un padre responsable y preocupado no pueda hacerse cargo de su hijo? ¿Cómo es posible que la justicia confíe la crianza de un niño a una mujer que no fue capaz de demostrar interés alguno por su hijo?



LEAD:
Agrupación Amor de Papá protesta frente a Tribunales de la Familia

La agrupación Amor de Papá realizó una manifestación ayer en el frontis de los Tribunales de la Familia, en protesta por lo que consideran una discriminación de género que les impide ver a sus hijos tras una separación.
La protesta forma parte de una campaña destinada a sensibilizar sobre su condición, que incluye cuatro afiches con las leyendas “No me dejan abrazarlo”; “No me dejan acariciarlo”; “No me dejan amarlo” y “No me dejan verlo”.
La manifestación, que contó con la presencia del ex futbolista Fabián Estay y el diputado Esteban Valenzuela, terminó con dos detenidos, acusados de colgar lienzos sin autorización.

3 Comments:

Anónimo said...

Amiga me encantó tu texto: como te dije, se refleja mucho tu estilo, riguroso y muy muy periodístico xD
Además reflejas el problema que tienen muchos hombres en esa situación, es muy triste que arbitrariamente te quiten lo que más quieres en la vida.

Saludoos.

César Antonio said...

El otro día en la clase de la Jenny, vimos un video relacionado con el tema del cual escribes tú.

Creo que tienes razón, muchas veces la ley se queda corta... Hay una frase que reza "los hechos siempre superan al derecho" y cuando se trata de amor, siempre la legislación se va a quedar limitada de argumentos y de disposiciones, por eso el tema de la tuición es delicado, porque es un tema de amor y de capacidad. A veces se ama mucho, pero no se tiene la posibilidad de tener a los hijos... Es tan complejo el tema, que no creo que una ley lo resuelva, ni tampoco el criterio de los jueces... Es algo que a todas luces escapa al derecho.

Estoy de acuerdo contigo en la medida que los papás muchas veces lo pueden hacer mejor que las mamás, jamás fue bueno generalizar no?

Un beso María Francisca, buen articulo :)

Anónimo said...

Pensar que una mujer puede cuidar impecablemente a un hijo sólo por su género, es de esas abominables discriminaciones a las que nos hemos acostumbrado.
Qué bueno que pusiste el tema sobre la mesa.
(Y Amor de Padre es mi agrupación de la semana)