Por Hernán Quiroz
Desde tiempos inmemoriales, la astucia canina ha acompañado al hombre en sus quehaceres domésticos. El mamífero ha sido testigo de los numerosos descubrimientos realizados por el hombre, incluso se ha hecho partícipe de copiosas hazañas; aún cuando no exista un registro verídico que respalde a cabalidad este suceso. Ningún augur podría vaticinar que la corrosión que aflige progresivamente al hombre podría trasladarse al mejor de sus camaradas; desatando el día fatídico de una familia. Por sobre cualquier sueño o proyecto que este grupo familiar tuviera con el menor de sus retoños, imperó el aciago destino, el cual ya había dispuesto el deceso de una pequeña, en la que se supone es época de florecimiento, la primavera.
El funesto acontecimiento se sitúa en el apacible hogar de la familia Román-Jofré, los cuales residen hasta el día de hoy en la calle San Pedro de Puente Alto. Emilia Jofré y su hermana Marisol se aprestaban para recrearse junto a la pequeña lactante, Catalina Román. Era tan plácida la existencia de estos seres humanos en particular, pues su pequeña los abstraía de los incontables obstáculos que deben soslayar a diario los habitantes de Santiago, capital de una nación tan remota. El nefasto episodio que procede de la acción del hado produjo una ruptura en la armonía del núcleo familiar que ningún consuelo podría restaurar.
Mientras las dos mujeres adultas se divertían en el patio de su domicilio, la niña lanzó de manera instintiva uno de sus juguetes a una mayor distancia de la que solía hacerlo, por lo que su madre se dispuso a recoger el artículo. Por otra parte, su tía Marisol retornó a la morada para cumplir con ciertas labores hogareñas.
En una fracción de segundos, se concretó la inminente tragedia. "Káiser", residente canino de la calle San Pedro, adoptado desde que era cachorro por los residentes de esa casa, fue el ejecutor de tan lamentable fallecimiento. En un hecho que no tiene precedentes para los moradores de la calle mencionada, la bestia iracunda se abalanzó sobre la lactante, y en su colérica embestida acabó con la promesa de una vida placentera para la totalidad de una familia, además de todas las expectativas depositadas en la posteridad.
El ahínco de cualquier sanador por engañar a la muerte fue infructuoso, puesto que ella está siempre ávida de almas tan frescas e inocentes como la existente en la pequeña Catalina Román; la cual reclamó en el hospital Sotero del Río.
Al enterarse Rodrigo Román, padre de tan bello retoño, su corazón se llenó de tristeza e ira por el movimiento del can que destrozó la armonía reinante en su hogar. La herida no cicatrizaría con facilidad y el enorme rencor que habitaba en su corazón sí envenenaría su alma a largo plazo.
Con dificultad, el cuerpo policial amarró a la criatura causante de la desdicha de los progenitores de Catalina. Los solidarios pobladores resolvieron resguardar la integridad de los vecinos y no conservar a Káiser en ninguna medida; engendro de sus propias amarguras, tribulaciones, y agonías.
Aparentemente, la “degeneración” es un mal contagioso para las otras especies. No obstante, ninguna acción vengativa que implique rechazar lo que la fortuna ha dictaminado hará que la felicidad se reincorpore a la vivienda de la familia Román-Jofre; ni siquiera un proyecto de ley que no parece tener prioridad, por la evidente desidia de una Comisión de Salud del Senado…
LEAD:
Lactante de 10 meses muere tras ser atacada por perro
Catalina Román todavía no sabía caminar, así que a sus 10 meses el andador era toda una novedad para ella. Por eso, después de almuerzo, su mamá, Emilia Jofré, y su hermana de 22 años, la llevaron al patio de su casa, ubicada en calle San Pedro en Puente Alto, y ella comenzó a jugar.
Como toda guagua, lanzaba sus juguetes al suelo repetidamente, hasta que tiró uno más lejos y su mamá se levantó para recogerlo. Fue cosa de segundos, porque en ese mínimo descuido el perro de la casa, “Káiser”, se abalanzó sobre la cabeza de la pequeña. Las heridas le costaron más tarde la vida.
Desde tiempos inmemoriales, la astucia canina ha acompañado al hombre en sus quehaceres domésticos. El mamífero ha sido testigo de los numerosos descubrimientos realizados por el hombre, incluso se ha hecho partícipe de copiosas hazañas; aún cuando no exista un registro verídico que respalde a cabalidad este suceso. Ningún augur podría vaticinar que la corrosión que aflige progresivamente al hombre podría trasladarse al mejor de sus camaradas; desatando el día fatídico de una familia. Por sobre cualquier sueño o proyecto que este grupo familiar tuviera con el menor de sus retoños, imperó el aciago destino, el cual ya había dispuesto el deceso de una pequeña, en la que se supone es época de florecimiento, la primavera.
El funesto acontecimiento se sitúa en el apacible hogar de la familia Román-Jofré, los cuales residen hasta el día de hoy en la calle San Pedro de Puente Alto. Emilia Jofré y su hermana Marisol se aprestaban para recrearse junto a la pequeña lactante, Catalina Román. Era tan plácida la existencia de estos seres humanos en particular, pues su pequeña los abstraía de los incontables obstáculos que deben soslayar a diario los habitantes de Santiago, capital de una nación tan remota. El nefasto episodio que procede de la acción del hado produjo una ruptura en la armonía del núcleo familiar que ningún consuelo podría restaurar.
Mientras las dos mujeres adultas se divertían en el patio de su domicilio, la niña lanzó de manera instintiva uno de sus juguetes a una mayor distancia de la que solía hacerlo, por lo que su madre se dispuso a recoger el artículo. Por otra parte, su tía Marisol retornó a la morada para cumplir con ciertas labores hogareñas.
En una fracción de segundos, se concretó la inminente tragedia. "Káiser", residente canino de la calle San Pedro, adoptado desde que era cachorro por los residentes de esa casa, fue el ejecutor de tan lamentable fallecimiento. En un hecho que no tiene precedentes para los moradores de la calle mencionada, la bestia iracunda se abalanzó sobre la lactante, y en su colérica embestida acabó con la promesa de una vida placentera para la totalidad de una familia, además de todas las expectativas depositadas en la posteridad.
El ahínco de cualquier sanador por engañar a la muerte fue infructuoso, puesto que ella está siempre ávida de almas tan frescas e inocentes como la existente en la pequeña Catalina Román; la cual reclamó en el hospital Sotero del Río.
Al enterarse Rodrigo Román, padre de tan bello retoño, su corazón se llenó de tristeza e ira por el movimiento del can que destrozó la armonía reinante en su hogar. La herida no cicatrizaría con facilidad y el enorme rencor que habitaba en su corazón sí envenenaría su alma a largo plazo.
Con dificultad, el cuerpo policial amarró a la criatura causante de la desdicha de los progenitores de Catalina. Los solidarios pobladores resolvieron resguardar la integridad de los vecinos y no conservar a Káiser en ninguna medida; engendro de sus propias amarguras, tribulaciones, y agonías.
Aparentemente, la “degeneración” es un mal contagioso para las otras especies. No obstante, ninguna acción vengativa que implique rechazar lo que la fortuna ha dictaminado hará que la felicidad se reincorpore a la vivienda de la familia Román-Jofre; ni siquiera un proyecto de ley que no parece tener prioridad, por la evidente desidia de una Comisión de Salud del Senado…
LEAD:
Lactante de 10 meses muere tras ser atacada por perro
Catalina Román todavía no sabía caminar, así que a sus 10 meses el andador era toda una novedad para ella. Por eso, después de almuerzo, su mamá, Emilia Jofré, y su hermana de 22 años, la llevaron al patio de su casa, ubicada en calle San Pedro en Puente Alto, y ella comenzó a jugar.
Como toda guagua, lanzaba sus juguetes al suelo repetidamente, hasta que tiró uno más lejos y su mamá se levantó para recogerlo. Fue cosa de segundos, porque en ese mínimo descuido el perro de la casa, “Káiser”, se abalanzó sobre la cabeza de la pequeña. Las heridas le costaron más tarde la vida.
1 Comment:
Es un relato entretenido de leer, porque mezcla antecedentes periodísticos con un tono y tipo de construcción muy épicos.
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