domingo, 12 de octubre de 2008

EL ÚLTIMO HELADO DE PIÑA




Por Kamila Medina López

Es viernes por la noche. En la comuna de la Granja hay mucho movimiento en las calles; a lo lejos una bulla como de reguetón y un aroma a carne asada. El carrete ya se empieza a sentir en el ambiente y Patricia, después de horas en el baño acicalándose, se dirige hacia la casa de su pareja, Daniel, más conocido como “el Sisi”.

La Pata y el Sisi están juntos desde hace unos 3 meses, suficiente para jurarse, en nombre de dios y la santísima trinidad, amor eterno y fidelidad a toda prueba; además de regalarse unas cuantas estrellas, la luna, el sol y un “lo dejaría todo” al más puro estilo de Chayane.

Daniel, por su parte, lleva todo el día echado en su pieza bebiendo cervezas con sus amigos. El trabajo y los estudios no le vienen muy bien. Lo suyo son las mujeres y la noche.

-Está harto rica tu mina, Sisi- comenta “el Goyo”, luego de compartir un profundo y estrepitoso eructo que hace a todos los amigos reír a carcajadas. -Sí, pero me tiene chato con tanto atao. Cosas de minas. Me está tincando harto la Panchita, esta cabra chica que vive al lao-. Los amigos no conocían a la chiquilla y decidieron invitarla a la casa.

Francisca tiene 16 años, es conocida en la población por ser “el cheque a fecha” pero nadie se ha arriesgado aún a intentarlo con ella, la pena de cinco años y un día no le hace gracia a nadie y mejor irse con cuidadito porque La China es hija de pacos.

En casa de Daniel las cosas cada vez se calientan más. La China ha bebido más de la cuenta y al Sisi parece que se le olvidaron sus tres meses de relación con Patricia. La carne es débil. Se besan, se abrazan, se aprietan.

Suena el timbre, pero Daniel, absorto en el cuerpo de la China, no se molesta en levantarse. El Goyo abre la puerta. Es la Pata que entra rauda a la casa y se encuentra con la sorpresa.

No es lo que tú piensas.

Se oye un portazo.

Ya es sábado y todo parece normal. Las mamás conversan en la plaza mientras los niños juegan a la pelota. En el pasaje 7 está el tío de los helados, feliz porque ha llegado la temporada alta. Francisca, aturdida por el calor y la caña, compra un helado de piña, el último helado de piña.

¡Por qué te metiste con el Sisi! Es la Pata que llegó enfurecida.

Todo pasa muy rápido.

Alguien saca un puñal. Dos estocadas en el pecho de una niña de 16 años y un helado de piña derramado en el piso, se derrite.

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La argumentación del fiscal Sergio Sepúlveda consistió básicamente en lo siguiente: que el miércoles a las 18 horas, la imputada Patricia Villablanca, de 18 años, se le acercó a Francisca R. M, de 16, quien a la sazón saboreaba un helado en la esquina del pasaje 7 con la Castrina de la Población Yungay, comuna de La Granja.

Tras una acalorada discusión, Patricia habría sacado un puñal y le habría dado dos estocadas en el torax a Francisca, más conocida como La China, provocándole la muerte.

2 Comments:

Anónimo said...

Me encantó tu cuento, Kami. Lo mejor es como hilas la historia con la muerte de un insignificante helado de piña xD
Escribes super bien, es grato leer trabajos como el tuyo.

Anónimo said...

Una tremenda historia, que se las arregla para intercalar la visión de mundo de su autora con los sucesos propios del relato tramado.