lunes, 13 de octubre de 2008

UN VIEJO RANCIO, PERO DE EXCELENCIA ACADÉMICA


Por Karina Mondaca Cea

Desde que entré al Carmela Carvajal en 7º básico, conocí al “pelao de física”. El caballero llamaba la atención por la forma en que miraba a las niñas, y por esto mismo, se bromeaba que era un pervertido, un viejo verde.

Arnoldo Ávila parecía ser un profesor como todos, o por lo menos uno de calidad docente, ya que, si mi memoria no falla, fue premiado por la municipalidad de Providencia con un grado de excelencia académica, luego de una prueba realizada a varios profesores del establecimiento. Además, no por nada llevaba como veinte años en el colegio…

No era raro ver al pelao en el laboratorio de física, obvio, porque era la materia que enseñaba. Tampoco extrañaba verlo junto a las alumnas conversando o tirando la talla en el pasillo, o entrando en alguna que otra sala en los días que el Feña, Massú o la Roja jugaban, para así poder gritar y disfrutar del deporte junto a las estudiantes.

Yo nunca tuve clases con él, menos mal, porque nunca me dio buena espina. Sin embargo, en más de alguna ocasión me lo topé en el pasillo, donde él no dudaba de dárselas de comediante y lanzar tallas como “¿en qué anda?”, y sin importar lo que una tratara de responder, él continuaba: “mentira, usted anda en los pies...jajaja”. El tremendo plop!, y una sólo atinaba a darle una sonrisa de “qué buen chiste”.

Mi hermana sí estuvo todo un año en su clase de física. Llegaba diciendo que era un viejo rancio, que puro miraba las pechugas o las piernas, y que, misteriosamente, la niña que tenía mejores notas en el ramo era muy amigui de él. Curioso, ¿no?

Tan chato tenía al curso de mi hermana, el peor cuarto medio de la generación 2004, que en una clase le tiraron una manzana mientras él trataba de explicarles el funcionamiento de los tubos catódicos. Lamentablemente, la fruta no llegó a su destino (la pelá del pelao): el choque de ésta sólo fue en contra del pizarrón.

El pelao se enojó con cuática esa vez, las amenazó con la suspensión de su graduación y licenciatura. Desde ése día que a sus espaldas se corea “uuuuun cuarto le tiró la manzana al pelaoo”, con la misma melodía que acompaña a la canción del gorro del profesor.

Pero en fin, el asunto es que yo salí el año pasado del Carmela, a mediados de noviembre, por lo que no supe nada del cahuín entre el pelao y la niñita de 14 años. Sin embargo, a finales de diciembre, una amiga que estaba en tercero (actualmente en cuarto medio) nos contó, a mi hermana y a mí, de las fechorías del viejo de 57 años.

“¡Aaaaggrrr, viejo rancio!”, fue lo primero que se me ocurrió decir. Y es que se había descubierto que Arnoldo Ávila (sí, el mismo profesor de excelencia académica que lleva más de veinte años ejerciendo en el tan prestigioso liceo Carmela Carvajal de Prat), se estaba violando a una alumna de 14 años desde hace más de un año.

Guácala. Con mi hermana quedamos tan choqueadas que nos metimos a Facebook y Messenger para contar la copucha y acusar al viejo de rancio y degenerado. Es que pensar que en el mismo laboratorio donde hacíamos clases, el viejo abusaba de una niña…

Al viejo lo metieron a la cárcel durante la investigación del caso y a la niña la sacaron del colegio. Además, se cachó que la directora, Rosa del Valle, y la orientadora, Pilar Fuenzalida, estaban enteradas de los abusos del profe. Cuático. Pero lo más cuático fue descubrir que entre la niña y el profe existía una relación formal, es decir, eran pololos y el viejo no se la violaba porque sí.

La niña decía a sus compañeras que tenía un pololo con auto, que la sacaba a pasear a la playa y todo, pero sus amigas no sabían quién era el novio del año. Sin embargo, cachaban una onda-onda extraña entre el profe y la niñita.

Todo se descubrió cuando la menor se fue de gira de estudios y tuvo relaciones sexuales con otro tipo. Como buena polola, le confesó a su pelao su infidelidad y éste, celoso y despechado, partió donde la mamá de la menor (algo así como su suegra) a contarle de las aventurillas de la niña, obviamente, en calidad de profesor.

Anoche dejaron libre al pelao Ávila, pero lo condenaron a cinco años de libertad vigilada y prohibición de ejercer su profesión. Lo más cuático es que el viejito asumió haber tenido relaciones sexuales con la niña, pero que éstas eran con su consentimiento y que ambos estaban enamorados. ¡Qué romántico!... Pero parece que sólo la jueza y su abogada creen que el amor no tiene edad, porque al salir del Octavo Juzgado de Garantía de Santiago, una multitud de mujeres enfurecidas quisieron sacarle al pelao los pocos pelos que le quedaban.

LEAD:

Liceo Carmela Carvajal:
Libre profesor que abusó de una alumna

En medio de golpes de puño, patadas y escupitajos, el profesor Arnoldo Ávila Rodríguez abandonó anoche la cárcel Santiago I. Horas antes había sido sentenciado a 5 años de libertad vigilada por estupro reiterado contra una escolar de 14 años a la que hacía clases en el Liceo Carmela Carvajal de Providencia.
En un juicio abreviado, la fiscal Patricia Villablanca aseguró que el imputado había reconocido el abuso sexual contra la menor, aduciendo que era una relación sentimental "verdadera".
Pese a las evidencias, el juez Juan Escobar determinó que el acusado no cumpliría la pena en la cárcel, debido a su irreprochable conducta anterior y a la colaboración que prestó a la investigación. Eso sí, le impidió que ejerza su profesión durante el tiempo de la condena.

3 Comments:

Anónimo said...

Me gusta mucho el tono risible, irónico y cotidiano de la historia.

Anónimo said...

Yo soy alumna del liceo y me hizo clases aquel profesor que en mi opinion nada conoces...La verdad es que era bastante cercana a el por su hijo que aun es amigo mio y fui una de sus mejores alumnas y no por la cercania sino porque era un excelente profesor y llegue hasta la final nacional de la Olimpiada de Física gracias a lo que de el aprendi en clases, en ninguna otra parte. Bien desinformada esta la autora de este informe ya que lo dejaron en libertad por comprobar que NUNK tuvo relaciones con la niña...averiguen bien antes de exponer un articulo como este xq cualkier dia los pueden demandar por injurias y calumnias...a la niña que dice haber estudiado en el colegio no hables solo x haberlo visto en el pasillo, asi no se conoce a una persona, con prejuicios no se forma una verdadera opinion y menos se redacta algo asi con tantas falacias...atte una alumna actual de cuarto, tres años con Arnoldo Avila de profesor.

Anónimo said...

Este viejo qlio hacia clases en un colegio de Ñuñoa, también de puras mujeres, Santa Margarita de Escocia, el viejo enfermo brotaba los plumones al suelo para mirarnos los calzones, escribía lo más arriba que podía y hacia borrar la pizarra ara que se nos levantara la falda, ofrecía notas por masajes y se emputecia cuando cursos enteros no tomaban su electivo. Asco de viejo rancio que no puede hacer clases nunca más, volador, patriarcal, rancio, ojala que el pene se te caiga a pedazos para no violentar más. Que caigan todos los viejos rancios de esta educación bastarda y misogena......