Por Claudia Soto
Hace un tiempo, me vi de nuevo en pantalla grande. Seguía con la misma tenida que en las tres veces anteriores, quizás con unos años más, pero en el fondo era el mismo. Emprendí una nueva aventura, la búsqueda de la calavera de cristal, la que, gracias a mi buena suerte, culminó con un triunfo. Con esta cinta me presenté en el Festival de Cannes, antes del estreno oficial en los cines, con mi sombrero, látigo y camisa de siempre, acompañado de Spielberg y Lucas, quienes miraban con regocijo mi desempeño.
En todos los cines del mundo tuve éxito. Crearon juguetes Legos de mí, fui la figurita favorita de los niños en las cajitas Burger King y prometieron que próximamente estaría en las librerías: mis películas pasarían a las hojas de papel. Me sentía bastante feliz de que este filme, luego de 19 años de mi ausencia en las salas, pudiera ser visto en 55 países recaudando casi 200 millones de euros.
Hasta hace unos días estaba tranquilo, creo que muchos lo hubiesen estado en mi posición. Aunque tenía en mente, y aún lo tengo, si más adelante podría concretarse, la idea de una nueva producción. Si en una cuarta película se repletaron los cines, ¿por qué no en una quinta? No es sólo una propuesta descabellada mía, Lucas me lo ha comentado y ya tiene ideas en la cabeza.
Bueno, como dije, hasta hace algunos días estaba tranquilo, pero hoy ya no lo estoy. Al parecer no a todos les gustó mi última aventura. Luego del estreno no quise escuchar los malos comentarios, mejor dicho preferí omitirlos. Opté por quedarme con los halagos hacia mí y hacia la realización en general. Pero ahora me han hecho ver en concreto eso que omití, y ¡vaya la manera en que lo hacen!
Sonó mi teléfono y fue Spielberg quien me dijo que prendiera la tv y pusiera de inmediato South Park. En seguida mi mente comenzó a pensar qué podría ser lo que vería en unos segundos, aunque nada de lo que pensé se comparaba a lo que realmente se exhibía.
Hace un tiempo, me vi de nuevo en pantalla grande. Seguía con la misma tenida que en las tres veces anteriores, quizás con unos años más, pero en el fondo era el mismo. Emprendí una nueva aventura, la búsqueda de la calavera de cristal, la que, gracias a mi buena suerte, culminó con un triunfo. Con esta cinta me presenté en el Festival de Cannes, antes del estreno oficial en los cines, con mi sombrero, látigo y camisa de siempre, acompañado de Spielberg y Lucas, quienes miraban con regocijo mi desempeño.
En todos los cines del mundo tuve éxito. Crearon juguetes Legos de mí, fui la figurita favorita de los niños en las cajitas Burger King y prometieron que próximamente estaría en las librerías: mis películas pasarían a las hojas de papel. Me sentía bastante feliz de que este filme, luego de 19 años de mi ausencia en las salas, pudiera ser visto en 55 países recaudando casi 200 millones de euros.
Hasta hace unos días estaba tranquilo, creo que muchos lo hubiesen estado en mi posición. Aunque tenía en mente, y aún lo tengo, si más adelante podría concretarse, la idea de una nueva producción. Si en una cuarta película se repletaron los cines, ¿por qué no en una quinta? No es sólo una propuesta descabellada mía, Lucas me lo ha comentado y ya tiene ideas en la cabeza.
Bueno, como dije, hasta hace algunos días estaba tranquilo, pero hoy ya no lo estoy. Al parecer no a todos les gustó mi última aventura. Luego del estreno no quise escuchar los malos comentarios, mejor dicho preferí omitirlos. Opté por quedarme con los halagos hacia mí y hacia la realización en general. Pero ahora me han hecho ver en concreto eso que omití, y ¡vaya la manera en que lo hacen!
Sonó mi teléfono y fue Spielberg quien me dijo que prendiera la tv y pusiera de inmediato South Park. En seguida mi mente comenzó a pensar qué podría ser lo que vería en unos segundos, aunque nada de lo que pensé se comparaba a lo que realmente se exhibía.
Sí, allí estaba yo, Indiana Jones, otra vez en la pantalla, pero ahora en la pantalla chica y no se trataba de ninguna de mis películas. Estaba convertido en dibujo animado acompañado de George Lucas y Spierlberg, quienes se encargaban de quitarme la ropa y abusar sexualmente de mí. Todo un montaje en contra de mi última película. Sé como son los episodios de aquel programa, pero ¿no habrá sido una manera muy excesiva de demostrar su descontento con Indiana Jones y el Reino de la calavera de cristal? Sólo espero que mis fieles adeptos se expresen en torno a este vergonzoso episodio.
LEAD:
La irreverente serie animada "South Park" volvió a ser objeto de polémica, después de retratar a los cineastas Steven Spielberg y George Lucas abusando sexualmente de Indiana Jones, lo que ha tenido mucha repercusión en distintas páginas web.
1 Comment:
Jajajaja, pobre señor Ford. Debe ser terrible ver materializada en South Park la explotación de la que te hacen víctima. O sea, poner a saltar de un muro a otro a un hombre de 66 años, es síntoma de que algo anda mal.
Nota aparte: ¿alguien recuerda cuando MTV censuró, de una manera absolutamente espeluznante, un capítulo de South Park en que hacían referencia a Mahoma?
Post a Comment